21 diciembre, 2018 cbp

Iridiscentes palabras entre mujeres.

El descreído

Duerme en lo alto de un mástil.

BUNYAN

Duerme en lo alto de un mástil

con los ojos bien cerrados.

Las velas se despliegan por debajo

como sábanas en el lecho,

dejando a la brisa nocturna la cabeza del soñador.

Hasta allí lo llevaron dormido,

dormido se enroscó

en el ovillo dorado del mástil,

o escaló dentro

de un pájaro dorado, o quizá a ciegas cabalgó.

“Me sostengo sobre pilares de mármol

-dice una nube-.Nunca me muevo

¿Ves los pilares allá en el mar?”.

Seguro en su introspección

mira las líquidas columnas del reflejo.

Bajo las suyas una gaviota abrió sus alas

y enfatizó que el aire

era “como el mármol”. Dijo: “Aquí arriba

destaco por encima de los cielos,

pues vuelan las alas marmóreas de mi torre”.

Pero duerme en lo alto del mástil

con sus ojos bien cerrados.

La gaviota indagó en su sueño,

que era: “No debo caer”.

Abajo, el mar iridiscente quiere que yo caiga.

Duro como el diamante, nos quiere destruir”.

Elizabeth Bishop

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