Una perspectiva afirmativa para psicólo@s que trabajen con personas LGTBIQ.
Unas directrices (Guidelines for Psychological Practice With Lesbian, Gay and Bisexual Clients) adoptadas por la APA( American Psychological Association, en febrero de 2011, y que son la revisión actualizada de las existentes para psicoterapia, de la misma Asociación,( Guideline for Psychotherapy with Lesbian, Gay, and Bisexual Clients) adoptadas en febrero de 2000.
Estas directrices se constituyen en un marco de referencia para los profesionales de la salud mental que trabajan con la comunidad LGTBIQ. En ellas encontramos información, herramientas, para la práctica de afirmación, educación e investigación con esta población.
Son algunas recomendaciones a los psicólog@s (aunque de interés para todos los profesionales de la salud mental) y se trata de una sugerente perspectiva que dejando bien clara su posición respecto a que la homosexualidad es algo normal:una variación de la sexualidad humana y por tanto que no hablamos de enfermedad mental, se plantea el cómo atender a personas que por su orientación sexoafectiva y/o su identidad de género ( la no coincidencia del sexo asignado por nacimiento y los sentimientos respecto a la identidad de género: transexuales mujeres y transexuales hombres u otras categorías transgénero) o por la simple expresión del género no acorde a las normas establecidas por la cultura, se va a ver en situaciones especiales de estrés de las minorías en la familia, en el colegio, en el instituto, en el trabajo, en la sociedad.
Veamos resumidamente los titulares de esas 21 directrices.
- La actitud hacia la homosexualidad y la bisexualidad. Tenemos que esforzarnos en entender, en comprender los efectos del estigma: prejuicios, discriminación y violencia y sus distintas manifestaciones en distintos contextos en la vida de estas personas.
- No se trata de enfermos mentales por su orientación sexo-afectiva
- Que la atracción al mismo sexo, sus sentimientos, sus conductas, son variaciones normales de la sexualidad humana.
- Esforzarnos en entender la importancia de nuestras actitudes y conocimiento sobre estas personas a la hora de asesorar, o a la hora de plantear un tratamiento psicológico, o derivarlo a otros profesionales etc.
- Esforzarnos en entender y comprender que la bisexualidad puede estar sometida a rechazos tanto por parte de los heterosexuales como de los homosexuales
- Es necesario distinguir cuando se trate de temas de orientación sexo-afectiva de aquellas que se refieren a la identidad de género o los comportamientos relacionados con el género
- Tenemos que esforzarnos en entender la importancia y especificidades de las relaciones en estas personas. Por ejemplo cómo las relaciones pueden verse alteradas, vulnerables a conflictos, con mayor frecuencia que en otras personas, porque la situación de discriminación, prejuicios, estigmas están presionando sobre ellas.
- Entender y comprender lo desafíos, retos, problemas que tienen que encarar estas personas en situaciones de la vida cotidiana por encontrarse con mala información o en situaciones prejuiciosas que les desfavorecen- barreras en definitiva- para acceder a cuestiones de educación, o acceder a los mismos beneficios legales o económicos del resto de la población, etc.
- Reconocer situaciones familiares específicas en las que estén incluidas personas no relacionadas legal o biológicamente.
- Entender o comprender el impacto que van a tener las relaciones de estas personas con sus familias de origen, que se tratará de un proceso de mutuo reconocimiento y comprensión.
Las siguientes directrices se refieren a la necesidad de reconocer situaciones específicas, con desafíos añadidos, que plantearán conflictos de normas, valores o creencias y que tendrán que ser afrontados por las lesbianas, los gays y los bisexuales si además pertenecen a minorías raciales o étnicas, o por creencias religiosas, o por edad o están afectados por VIH. (Directrices 11,12,13, 14,15.
En las directrices 17 y 18 se plantean los temas relacionados con el impacto del status socioeconómico y/o el trabajo en el bienestar psicológico de estas personas. Especiales barreras, situaciones de desventajas en el acceder o en el desarrollo profesional que tendrán que afrontar lesbianas, gays y bisexuales.
Las recomendaciones de las directrices 19 y 20 se refieren a que los psicólog@s tomen conciencia de la necesidad de formarse, de manera continuada en los temas que afectan a estas personas. Información de recursos existentes pero también una práctica continuada de análisis, supervisión o consulta con otros profesionales como el camino para mejorar nuestra actividad profesional.
Por último y referido a la investigación de temas sobre lesbianas, gays y bisexuales, nos alertan de que los prejuicios pueden influir en la conducta del/de la investigad@r pudiendo encontrarnos con usos incorrectos o tergiversaciones de los resultados de investigaciones sobre los temas de lesbianas, gays y bisexuales.
De sentido común e interesantes.Gracias Cristina