Iridiscentes palabras entre mujeres.

El descreído

Duerme en lo alto de un mástil.

BUNYAN

Duerme en lo alto de un mástil

con los ojos bien cerrados.

Las velas se despliegan por debajo

como sábanas en el lecho,

dejando a la brisa nocturna la cabeza del soñador.

Hasta allí lo llevaron dormido,

dormido se enroscó

en el ovillo dorado del mástil,

o escaló dentro

de un pájaro dorado, o quizá a ciegas cabalgó.

“Me sostengo sobre pilares de mármol

-dice una nube-.Nunca me muevo

¿Ves los pilares allá en el mar?”.

Seguro en su introspección

mira las líquidas columnas del reflejo.

Bajo las suyas una gaviota abrió sus alas

y enfatizó que el aire

era “como el mármol”. Dijo: “Aquí arriba

destaco por encima de los cielos,

pues vuelan las alas marmóreas de mi torre”.

Pero duerme en lo alto del mástil

con sus ojos bien cerrados.

La gaviota indagó en su sueño,

que era: “No debo caer”.

Abajo, el mar iridiscente quiere que yo caiga.

Duro como el diamante, nos quiere destruir”.

Elizabeth Bishop

Un ensayo sobre la soledad

Me refiero al libro escrito por Olivia Laing : “La ciudad solitaria. Aventuras en el arte de estar solo”Sin negar la experiencia de soledad  por la que todos pasamos en algún momento y más allá de la discriminación entre solos rodeados de gente o solos  sin tener a nadie con quien compartir, este interesante libro me permitió adentrarme en  experiencias de una soledad inédita para mí, no porque no las hayamos vivido sino por cómo las vivimos.

Algo ayuda para que nos adentremos en lo que se nos quiere transmitir y es que la autora investiga a celebridades en relación al arte. Algunas de esos artistas no fueron elegidos por ser ni los más nombrados ni por haber llegado a cumbres exitosas -eso puede atraernos o distanciarnos  del relato- no,  lo que la ruta de esta lectura  y este tema marcó en mí fue el principio de un reconocimiento

Hay una faceta de la experiencia de soledadque ni se busca ni se reconoce con facilidad y quizá la expresión artística, como paradigma de un modo de conseguir que nos expresemos allí hasta donde conscientemente no somos capaces de hacerlo, permitió que me diera cuenta  de que una de las caras quizá más impronunciables de la soledad  es sentir que no se trata de lo que podamos hacer, aunque  incluso sea exitoso lo que hacemos. Y hay que hacerlo. Como no se trata de tener un interlocutor, ante el que hablemos o escuchemos. Ni tampoco del conocimiento ¿y entonces?

Voy a recordar algunas ideas contundentes que me han ayudado al reconocimiento personal de la soledad:

“La idea de que el lenguaje es un juego en el que unos jugadores desarrollan mayor destreza que otros tiene que ver con la humillante relación que existe entre  la soledad y el habla. El habla falla, la comunicación se rompe, hay malentendidos, momentos de mutismo, balbuceos y tartamudeos, se olvidan las palabras, incluso somos incapaces de  entender un chiste: todas estas cosas evocan soledad, nos obligan a recordar lo precario e imperfecto que es el medio con que expresamos nuestro interior a los demás. Nos hacen perder pie en el espacio social, nos expulsan de él como a intrusos, malos jugadores o gente que no participa en el  juego (p.66)

Otra:

“¿Qué tienen en común las máscaras y la soledad? La respuesta  obvia es que protegen de la exposición, mitigan la carga de que nos vean……Se nos reconoce por la cara; la cara revela nuestras intenciones y delata nuestro clima emocional. ….Las máscaras también suscitan preguntas sobre nuestra personalidad pública: ese conjunto de rasgos inamovibles de educación y conformidad que ocultan cómo se retuercen y enredan nuestros verdaderos deseos«.

Pero tanto en el nivel de la palabra como en el emocional lo que conseguimos representar es lo inasible e irrepresentable de una soledad que tiene como punto de partida lo sensorial del cuerpo. Cuando soy capaz de decir que me siento sola lo que realmente estoy expresando es la soledad de un olor, de una sensación de calor o frío, de un sonido o ruido, de una actividad muscular imparable etc. Sensaciones  que aunque intenten y puedan expresarse en palabras y emociones, evocarán la huella sensorial de lo traumático que hace que perviva esa soledad. Y por ahí pasamos todos. ¿La reconoces en ti?

cbp

 

«VICTIMAS QUE SE SIENTEN CULPABLES» (I)

              Esas son las víctimas de las agresiones sexuales y de género.

Y pienso que semejantes atrocidades se podrán llevar a cabo con tanta impunidad emocional por parte del abusador porque – entre otros factores- la representación mental que se tiene de la mujer es la de un objeto con agujeros, hechos para ser penetrados. O simplemente es tratada como un objeto. Pero lo que me importa destacar entonces es que pensar, sentir y actuar así no es solo cuestión de las mentes enfermas, que sin dudarlo lo están, sino que también son reflejo de una sociedad que nos ponemos (individual, colectiva e institucionalmente) muchas veces de perfil cuando se trata de hacerle frente a todas las expresiones (y ninguna es insignificante) que transmiten el machismo que existe en el  sistema  simbólico patriarcal  en el que vivimos. No nos creemos que no hay otra dialéctica para el machismo, que no sea la sumisión de las mujeres: de una en una o en grupos; en la realidad o en la abstracción a la que remite la normatividad que se hace su cómplice. Y me refiero a la normatividad por excelencia, esa que va configurando las subjetividades: la que quiere entender  la diversidad de las orientaciones afectivo-sexuales desde dos únicas etiquetas: género masculino y género femenino, es decir, desde la superioridad de la masculinidad sobre la feminidad.

Veamos dos reflexiones que realizadas con mucha lucidez psicoanalítica desde hace ya unos años, pero con mucha vigencia y actualidad, nos aclaran  de qué superioridad hablamos:

“El hombre busca reconocimiento de su potencia sexual, entre hombres y con referencia al padre, en la afirmación del sí mismo masculino, o como estrategia legitimada para encubrir sus necesidades de afecto y de vínculo de apego, mientras la mujer, si bien por mandato androcéntrico es reconocida como objeto de deseo por el hombre, busca en él protección, vínculo amoroso o ser “tenida en cuenta” ( Dio Bleichmar, E. 1991).

“Es hora de que se entienda, por fin, que el acoso sexual es una manifestación de poder, que el acosador no es un ligón simpático e inofensivo, ni un seductor compulsivo, sino un depredador sexual que marca el territorio y demuestra su poderío, que no está dispuesto a aceptar un “no” por respuesta y sabe que cuenta con la complicidad de la manada. No seduce. La seducción es un juego entre dos iguales. El acosador agrede, pisotea los derechos de su víctima y colecciona sus “conquistas” como trofeos de caza”. ( Dio Bleichmar, E. 2017).

Pero no deduzcamos de lo dicho hasta aquí que la alternancia al sistema social vigente es una actitud oposicionista adolescente ante la autoridad patriarcal o el refugio en un  matriarcado  como una jaula de oro, no; se trata de investigar y desmantelar concepciones con apariencia de muchas verdades  que lo que encubren es un sistema de dominación que es realmente lo que nos impide el genuino reconocimiento entre hombres y mujeres.

 

cbp.

 

 

 

«Isirika». Un color violeta.

 

 

 

Hoy quiero reseñar algunas de las ideas, de dos relatos de dos mujeres. Mensajes con un denominador común: las mujeres han de ser las protagonistas de los cambios necesarios que resuelvan los grandes problemas del mundo, como por ejemplo la desigualdad generadora de la pobreza  existente. La propuesta avanzará si abrazamos esa forma pragmática de vivir  que es isirika , que nos recuerda- en la voz de Musimbi Kanyoro- que lo que realmente se integra en las personas es esa capacidad de confiar para avanzar en las agendas, y si recuperamos la palabra -nos dice Emilce Bleichmar- que nos aparte de la rabia, la culpa y la vergüenza que nos colonizan psíquica y socialmente.

Dos relatos con sabiduría y por tanto con emoción, que no he querido dejar de compartir en este espacio del blog del mes inolvidable del Marzo de la Mujer, de 2018.

El significado profundo de la palabra isirika se resumiría en “cuidar juntos el uno al otro”. Abrazar a isirika sería afirmar que el otro es un humano y que como humanidad no tenemos un planeta B al que ir, y que cada uno cuenta, cada idea del otro cuenta, y que los que más tenemos disfrutamos el prestigio de dar más. Por todo ello, es el momento -dice Kanyoro como Presidenta del Global Fund for Women–  de que las mujeres den a las mujeres. Invertir en mujeres y niñas es lo más inteligente que se puede hacer en estos momentos, en los que hay  una previsión de inversión de alrededor  de 350 trillones de dólares para el 2030 que  deberían  estar en manos de mujeres, es decir, apoyando las ideas de comunidades en las que esas ideas están enraizadas en su propia configuración: mujeres organizadas como isirika.

Por su parte, la psicoanalista Emilce Bleichmar, en un artículo donde analiza en detalle el movimiento   # Me Too, dirigido a los profesionales de la salud mental, nos dice:

“Este es el hallazgo de la simpleza y carga de profundidad de la expresión que identifica al movimiento #Me Too [#Yo También]: la conciencia de sororidad. La sororidad  es definida como la relación de hermandad y solidaridad entre las mujeres para crear redes de apoyo que empujen cambios sociales para lograr la igualdad”……se refiere al hermanamiento entre mujeres que comparten no ya una amistad, o un espacio, sino una causa.”

 “¿Llegará el movimiento #Me Too a conmover a mujeres ahogadas por “la culpa”, a sentir el soplo de oxígeno que aporta la compañía de otras mujeres que no son potencialmente peligrosas de culpabilizarlas, sino aliadas en reivindicar las trampas de la desigualdad de género?…Desigualdad sobre todo en la resonancia social, en el juicio de los otros. …. Hay indicios del desdibujamiento de la vergüenza…”

Recuperar la palabra para que no se quede en la queja, recuperar la percepción adecuada de la realidad que nos aleje de la culpa y nos devuelva la confianza en el otro y sobre todo, recuperar la capacidad de emocionarnos y de disfrutar con el placer de nuestro cuerpo y con la manera que decidamos que queremos vivir nuestra vida. Estos objetivos que llevarían a una igualdad real  de las mujeres, implican lo social y lo individual. No hay duda de que los prejuicios, la culpa, las vergüenzas, como también nuestros deseos, son interiorizaciones que se han tejido en  intersubjetividades de desigualdad de género y por eso hemos de reconocer que la autonomía, la confianza, la seguridad en nosotras mismas, que exigiría sentirnos en igualdad, pasa por alianzas entre las mujeres desde el mutuo reconocimiento, pero  también pasa por  el reconocimiento y la elaboración psíquica de nuestras dependencias emocionales, y a veces de una colonización mental que nos  ha venido impregnando por generaciones. Y esa causa es de color violeta.

 

cbp

Sobre la muerte del joven Ekai Lersundi.

 

 

Escrito elaborado por el Grupo de Trabajo Diversidad Sexual y de Género, a la luz del fallecimiento del menor transexual en Euskadi.

Hace unos días hemos sido testigos de un acontecimiento triste, desgarrador y como personas removidas en estos momentos, nos sumamos al dolor de esta familia. Desgraciadamente, a lo largo de nuestra andadura profesional hemos tenido que vivir varias pérdidas. Y en el duelo posterior, que hemos sufrido, el denominador común es el sentimiento de impotencia condimentado con culpabilidad que tardas tiempo en tratar y en superar. Nos sumamos a la rabia, nos sumamos a rompernos también. Pero igualmente nos sumamos al apoyo de los profesionales de la Unidad del Hospital de Cruces, que en estos días, van a ser criminalizados y condenados. Es lo esperable. Lo que no se filtrará en los medios (porque no vende) es que ese mismo equipo luchó con uñas y dientes, junto a las asociaciones de familiares, en un frente común, para conseguir la Ley actual de Identidad de Género en Euskadi. Los mismos que cada día hacen encaje de bolillos para «calzar» el cumplimiento de esa ley, en un protocolo sanitario impuesto (no por ellos) política y económicamente, y que, casi siempre, deja al profesional sin respiración entre lo conveniente de esa Ley y lo no tan conveniente, aprobado en los presupuestos. La falta de recursos profesionales es una realidad innegable que azota todos los días nuestras necesidades sanitarias. Y en este punto es donde queremos incidir, las carencias tienen consecuencias. Los profesionales somos parte de la solución, no el problema. El acompañamiento durante el proceso de afirmación identitaria es fundamental en cada caso, dada la individualización de los mismos. De hecho se pueden apuntar investigaciones recientes, que apuntan al descenso del impacto en desgaste emocional y menor incidencia de bullying si se está siendo acompañado en este proceso (véase por ejemplo: Bullying victimization in variant gender children: Experience in madrid´s gender identity unitSex Health Issues, 2017)
Antes que profesionales, todos somos personas, muy vulnerables en este caso y similares, profesionales como algunos de Cruces, que llorarán esta pérdida y nadie escuchará. Ánimo desde nuestro calor de grupo de trabajo, que se esfuerza cada día porque las personas LGTB+ sean atendidas, escuchadas, reconfortadas, lloradas y acompañadas.

Grupo de Trabajo de Diversidad Sexual y de Género del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, 19 de febrero de 2018.

Cuesta de San Vicente 4, 6ª pl. 28008 Madrid. Teléfono de contacto: 915 419 999. comunidadesvirtuales@cop.es

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La bondad de los propósitos

 

 

Ante todo, ¡Feliz 2018! Que en  el año recién comenzado vayamos consiguiendo, en la medida de lo posible, nuestros buenos propósitos.

Y en ellos me quiero detener hoy: algo que sonando a ligero nos vaya adentrando en lo importante.

Uno de las maneras de regenerar nuestro ánimo y nuestras intenciones es agarrarnos a la celebración de la llegada de algo nuevo y tan importante como es el nuevo año: algo que nos amarra al paso del tiempo. Además, nos atrevemos a formular objetivos- ¡qué osados somos! que van a medir nuestro acierto o nuestra frustración si los conseguimos o no. Y ya solo nos falta elegir los contenidos, aquello sobre lo cual nos proponemos cambiar.

Podemos empezar por elegir las tres palabras que condensan nuestros deseos: salud, dinero y amor, y que si bien siempre tendremos algo que hacer a favor de conseguirlo, no solo depende de nosotros: nos vamos a cuidar en la medida de lo posible, vamos a trabajar-o a buscar trabajo- o vamos a seguir practicando la creencia de que tejiendo amores la vida no solo es más fácil sino que es más placentera y …. transmite salud.

A partir de ahí, recordamos propósitos tan populares como que esta vez sí que cuidaré la dieta; o haré deporte o abriré espacios de tranquilidad (relajación, yoga, meditación etc) y me permitiré el ocio placentero….

Un paso más y nos acercaremos a propósitos diferentes. Por ejemplo, están apareciendo pensamientos que con frecuencia interrumpen la atención (en el trabajo, en la conversación, en la reflexión a solas etc), o conductas que a sabiendas de que no son sanas, no puedo dejar de hacerlas. Elijamos por ejemplo, manías, o respuestas agresivas -con uno mismo y con los otros- o repeticiones hasta la saciedad de lo que necesitamos contarle al otro, o conductas no saludables ante la comida, o conductas frustrantes en la relación sexual, etc.

Todo ello es vivido o con culpa, o con vergüenza y  por supuesto con preocupación; y quizá hasta en silencio porque reconocer lo que está pasando, reconocerlo incluso en el ámbito privado de la relación en pareja, podría crear situaciones que añadirían sufrimiento junto a la impotencia de no saber qué hacer, cómo ayudar al otro.

Es el momento de aceptar que no basta con los buenos propósitos para resolver este tipo de situaciones personales, porque lo primero que tiene que ocurrir es aceptar que algo nos pasa, que sin ocultar nuestro malestar a nuestros allegados, necesitamos buscar un espacio extra familiar (de familia o simplemente de confianza) en el que se nos brinde la seguridad necesaria para abordar esos problemas psicológicos. En primer lugar, tomando conciencia de que tenemos todo el derecho a darnos ese tiempo, y segundo, que una vez decididos a hablar de todo ello, la relación de confianza que se irá estableciendo con el/la psicoterapeuta será una de las bases que sustentarán el proceso de cambio con seguridad, sin tener que romper nada, sin tener que desequilibrar la vida cotidiana, al contrario, añadiendo la tranquilidad que nos da el sentirnos bien acompañados por alguien que nos está ayudando.

Lo que quiero decir hoy es que el buen propósito de cambiar nuestra manera de sufrir se traduce en el buen propósito de pedir ayuda psicológica. Y nuestro objetivo se traducirá en conseguir la salud psíquica que sabemos nos está faltando.

cbp

HASTA LA PRÓXIMA

¿Que mensaje me puedo dar para poder transmitíroslo  en este último escrito del año?

Para dar el siguiente paso, llegando ya al próximo año, quiero daros las gracias por haberme ayudado a permanecer, aquí,  con la  ilusión de que me esperáis y os espero  en esa especial Conversación que ya tenemos. En este caso, hoy, apoyada en ideas de poemas de Elizabeth Bishop.

                                                                                  El tumulto en el corazón

                                                                                  Sigue haciendo preguntas…

                                                                                   Hasta que un nombre

                                                                                   Y todas sus connotaciones sean lo mismo.

No vamos a detener las preguntas, no queremos que el conocimiento de nosotros mismos nos engañe sobre aquello que nos hace sufrir y  que está pidiendo un cambio de nuestras actitudes, en nuestra manera de soñar, un cambio en nuestro Insomnio:

                                                                                  La luna……

                                                                                 Si el universo la abandonara

                                                                                  ella le diría vete al infierno,

                                                                                  y encontraría un cuerpo de agua

                                                                                 o un espejo donde habitar.

                                                                                 Así que envuelve tu angustia en una telaraña

                                                                                 y arrójala al fondo del pozo……

Para muchas cosas en la vida, para muchos momentos de nuestra particular historia, cuando de dar un paso hacia adelante se trata, se nos pide la confianza. Hay un bello poema de la autora que hoy nos acompaña, que nos trasmite el mensaje – de la que puede ser una de nuestras paradojas- a través del poema El descreído,  de quien dice:

                                                                             Pero duerme en lo alto del mástil

                                                                              Con sus ojos bien cerrados.

                                                                              La gaviota indagó en su sueño,

                                                                             Que era: «No debo caer.

                                                                             Abajo, el mar iridiscente quiere que yo caiga.

                                                                             Duro como el diamante, nos quiere destruir”.

Es quizá el descreimiento sobre  la posibilidad de que sí podemos cambiar poco a poco nuestras maneras de sentir, lo que nos llevaría a confundir ese “no debo cambiar” con levantar fortalezas que nos ayuden a convencernos de  que son los otros, la realidad, los que nos hacen daño. Pero entonces debemos “elegir” entre los sentimientos  que surgen de la desconfianza y  la fortaleza que inspirará  la creencia, es decir la confianza, en algo del otro.

Mi empeño y mi deseo para el próximo 2018 seguirá siendo el cuidar nuestra salud psíquica como objetivo. Espero que podamos encontrarnos.

¡Felices Fiestas!

cbp

 

 

 

 

Un motivo de consulta: el odio rencoroso y vengativo

El odio queda definido como un sentimiento de aversión a algo o alguien, detestar, aborrecer. Pero si damos un paso más y añadimos a la aversión o el aborrecimiento la mala intención; si  un aborrecimiento duradero va unido a deseos de venganza, hablaríamos de odio rencoroso y vengativo.

¿De qué estamos hablando? Las vivencias del presente que podrían producir dolor, decepción, envidia, vergüenza, culpa, temor, desilusión, depresión, etc, son respondidas, captadas, absorbidas por algo instaurado en el sujeto que odia y que se  impone como si de un  sistema organizado  se tratara. Estos sujetos se enganchan al pasado en el que viven anclados y desde donde toman la fuerza para imaginar venganzas futuras. Pero no todos convertimos momentos de dolor, temor, envidia, culpa, humillación, etc, en odio y mucho menos en odio rencoroso –vengativo. Hay requisitos previos que se han ido desarrollando desde la infancia y que van desde la necesidad de una maduración cerebral, del desarrollo de capacidades cognitivas, de la captación de la temporalidad ( lo que me hizo y lo que le voy a hacer), de captar una causalidad  y culpabilidad en las vivencias ( ya que él me dañó yo quiero dañarlo a él); hasta ser capaz de captar lo que sería un diálogo interno, resguardado o privado en comparación con la comunicación verbal y gestual pública con el otro, es decir, los límites de la mente.

Y si queremos aclarar un poco más diríamos que otro elemento son las vivencias intersubjetivas, también positivas, no solo sufrientes, en donde tomará fuerza el personaje odiado, convirtiéndose en tremendamente malo, omnipotente ante la maldad que le adjudicamos, pero también, simultáneamente, inmensamente bueno: idealizado sin fisuras.

Y tan importante como lo anterior es saber que el escenario donde el odiado aparece horroroso, y el escenario en el que ese mismo personaje aparece maravilloso, son vividos por el que odia como escenarios separados, mudos para la conciencia del actor que los pone en marcha. Y así se sucederán escenas de la vida cotidiana en donde la relación entre el que odia y el odiado son maravillosas y con la misma intensidad, se pueden tornar en infernales, o, escenarios en los cuales el que odia elige determinados contextos y personajes para odiar y vengarse y aparece en otros contextos como alguien normal.

Aunque no encontremos una causa externa que nos explique este odio vengativo y rencoroso, lo que sí nos damos cuenta es que la mente  que padece este tipo de odio ha sido una mente dañada en el amor (el apego inseguro, evitativo o desorganizado de figuras significativas)  y ha sido acariciada en el temor. Y sobre esa pulsión destructiva se va a ir tejiendo el sentido de su mismidad, y va a ir salpicando sus diferentes identidades: Soy en la medida en que odio,  y así puedo llegar a sentirme fuerte, sería el resumen. Pero esa fortaleza la sustento de los temores que me acosaron y me acosan.  Y el dilema es: si odio hago daño, y si no odio no me siento que soy. Y cuando decimos que sus distintas identidades o roles en distintas circunstancias se van a ver afectados queremos decir  que el deterioro en el temor o la evitación en las relaciones personales van a trastocar otros sistemas motivacionales del sujeto, como por ejemplo su capacidad para cuidarse o cuidar a los otros, o sus relaciones afectivas sexuales  que se podrán teñir de sometimiento del otro y de su propia desvalorización.

En definitiva, tenemos que reconocer que hay intensidades de placer en el acto de odiar con rencor y con venganza  y eso nos da la medida de la dificultad que se plantea la tarea psicoterapéutica cuando ese odio se actualiza en el vínculo con el psicoterapeuta. Pero merece la pena intentarlo.

cbp

 

 

 

El tiempo en Psicoterapia.

 

 

Ante el sufrimiento o el placer, todos podemos entender que el tiempo rompe los relojes, y preferimos hablar  de vivencias, y cada una, para cada cual, únicas.

Jeanette Winterson, en el El hueco del tiempo (2016) nos acerca a lo que quiero decir:

En esta cama empapada de noche está el valor que necesito para el día. Cuando llegue la luz me volveré hacia ella. Nada más fácil. Nada más difícil. Y por la mañana nos vestiremos juntos y nos iremos”.

Y nos podemos preguntar también si nuestro pasado va a seguir determinando  nuestro futuro, o si va a ser posible redimirlo.

“ Y el tiempo, que establece todos los límites, nos ofrece la única oportunidad de liberarnos de los límites. Después de todo, no estamos atrapados. El tiempo puede redimirse. Lo que se pierde se encuentra…..”

Estas cuestiones, estas incertidumbres, nos pueden aparecer con intensidad  cuando decidimos que no nos aguantamos más, que por nuestra salud y la de los que nos rodean, a algo del sufrimiento que padecemos tenemos que poder renunciar y algo del deseo de vivir que nos negamos tenemos que poder construir.

Y para conseguirlo tendrá que haber una comprensión  muy especial sobre el tiempo: no basta con que me ayuden a recuperar o recordar  y pensar de otra manera lo que no soporté y fue rechazado por mi moral, por mis creencias, por mi odio o por el amor a los demás o para que me quisieran, es decir, no solo se trata de buscar contenidos en el pasado. Se trata, y es lo que  te quiero transmitir hoy, de que en cada uno de nosotr@s hay un  arcaico,  primitivo,  aquello que se pierde en el tiempo de nuestra infancia aún sin palabras que irremediablemente  hace memoria inconsciente corporal: escenas de encuentros fallidos con nuestras figuras más significativas y  que permanecen en nosotros determinando el modelo de nuestras relaciones con otros y con nosotros  mismos. Y  que será la forma en que aparecerá la patología en la clínica.

Pero ese pasado fracasado  podrá ser redimido en la segunda oportunidad que actualiza un proceso de psicoterapia.  El psicoanálisis es el método que realizado entre dos personas permite el acceso a las experiencias más tempranas y a las cuales el sujeto no tiene acceso por sí solo.

Ya Freud nos alertó de que estamos limitados en captar al otro porque lo captamos  desde el pasado. Y esto ocurre también en la psicoterapia cuando inevitablemente el pasado es transferido al analista. Es decir, es  necesario que  para poder captar el pasado éste tiene que hacerse presente en el vínculo terapéutico entre paciente y analista. Y la manera en que ese pasado inconsciente se presenta solo puede ser en  una forma intersubjetiva específica: utiliza un registro imaginario, más que la lógica verbal y al terapeuta, (elegido no por su saber ni su autoridad) en el que se va a proyectar y que va a encarnar,  ese objeto transferido del pasado,  en el aquí y ahora del escenario terapéutico, y que ha sido coproducido por la pareja analítica. En un segundo tiempo, a posteriori, es la interpretación de esa escenificación la que  construirá el  recuerdo,  cuyo  contenido siempre aludirá a una forma de vínculo emocional que tuvo el paciente con sus figuras significativas,  pero esta vez abandonando  su poder de repetición al servicio del sufrimiento.

Ese  respetuoso contacto afectivo que tiene por objetivo que el paciente se sienta a  sí mismo, existiendo, reconocido como tal, y esta vez de una manera no fallida,  le permitirá  en otras situaciones el reconocerse ante los demás. Y así  se abrirá un nuevo fundamento para una futura manera de vivir.

cbp

 

 

La rigidez nunca funciona….

   La rigidez nunca funciona; terminamos siendo de una talla equivocada para nuestro mundo…..Creo que tener el tamaño adecuado para tu mundo-y saber que tanto tú como tu mundo no tienen de ningún modo unas dimensiones fijas- es un truco muy válido para aprender a vivir.

Jeanette Winterson

¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? (Editorial Lumen.Barcelona 2016)

 

Qué imposible puede llegar a ser el exigirle a un bebé autonomía, o a un adolescente docilidad ante las normas o a un adulto que cambie sus valores, sus conductas, porque no están teniendo en cuenta la realidad. A veces, preferimos escuchar nuestros prejuicios, nuestros empecinamientos, defender la lógica de nuestras rabias , sin querer entender  que  puede haber desproporción en nuestro cuerpo y también mucha sensibilidad para percibir lo que nos rodea, que podemos tener una impulsividad que bordea la agresividad ante los demás y  que es nuestro reclamo de caricias, que defendemos el control y  ser estrictos con nosotros mismos y no sabemos que inconscientemente estamos obedeciendo mandatos inscritos como creencias inamovibles que no nos dejan emocionarnos.

No hay una única manera de crecer y por tanto no hay una única manera de aprender, de ser, de vivir. Y esto deberíamos recordarlo  a la hora de  empeñarnos en  ser la fotocopia de alguien que nos rodea, o cuando deseemos  destruir lo que no nos gusta de nosotros.

No somos producciones en serie: somos únicos e irrepetibles. Solo nos hace falta aceptarlo para poder desearlo, para poder quererlo.

“En la terapia, el psicólogo actúa como recipiente de lo que no nos atrevemos a sacar porque nos asusta, o de lo que sale con demasiada frecuencia y destroza nuestra vidas”. ¡Qué bien suena que esto lo diga la escritora que no es psicóloga! Tomemos nota para la vuelta de vacaciones…

¡Feliz agosto!

cbp

 

 

 

Con especial Orgullo. Madrid, 2017

 

 Chicas que entienden. In-visibilidad lesbiana (Egale Editorial.Barcelona/Madrid 2015)  es un estudio realizado por cuatro investigadoras de la Universidad de la Rioja donde se profundiza en la lesbofobia y sus consecuencias, vividas y contadas por mujeres que han salido del armario, o no, y que quieren dejar constancia de las dificultades que, todavía hoy, se siguen encontrando en su  camino hacia la igualdad.

Como modo de invitaros a su lectura y reflexión, me hago eco de algunos de sus planteamientos:

En relación a la heterosexualidad y el patriarcado nos dicen:

1. La investigación feminista ha descubierto que la orientación heterosexual ha sido impuesta como norma en la sociedades patriarcales, y esto ha permitido comprender la homosexualidad femenina como un fenómeno de mayor calado que las ideas que se tienen socialmente del lesbianismo como una forma marginal de vivir la sexualidad que ha de comprenderse y tolerar.( p. 65).

2.     En la cultura occidental,  la idealización del amor romántico y del matrimonio ha sido uno de los mecanismos que ha ejercido su poder en la construcción de la subjetividad femenina, orientándola hacia las relaciones sexuales y afectivas con varones. Este fenómeno, entre otros, junto con el silencio social con respecto a las relaciones homosexuales femeninas, tiene como consecuencia la convicción interna de las mujeres de que no hay otras opciones para desarrollarse como personas sexuadas que la relación heterosexual ( p.67-68).

3.     Son muchos los mecanismos de poder que se han ido desentrañando, que se emplean a fondo en mantener esta perspectiva discriminatoria a través de la norma, de los valores establecidos. La heteronormatividad sigue presionando.

En el capítulo de conceptos básicos se preguntan las autoras ¿Qué es ser “lesbiana”?

1.     Identificarse con ese término a nivel subjetivo como algo que forma parte de la propia persona y de su autoimagen, es en cierto modo una reivindicación política, por cuanto pone de relieve la existencia de esa orientación sexual y solicita su reconocimiento público. (p.38-39).

2.      Definirse como lesbiana supone identificarse, al mismo tiempo con una identidad de género, la femenina, y con una orientación sexual dirigida hacia las mujeres; en consecuencia, el término es mucho más significativo y tiene una carga semántica más amplia que la que se asocia a la noción de “homosexualidad”, donde la identidad de género del individuo queda diluida. ( p. 38-39).

3.     Las personas homosexuales, en tanto que colectividad, no reciben la misma consideración y reconocimiento que las personas heterosexuales. Autoras lesbianas, como Judith Butler, son perfectamente conscientes  cuando afirman que “somos constituidas políticamente, en parte, a través de la vulnerabilidad social de nuestros cuerpos”. Esa vulnerabilidad está implícita en las propias palabras “lesbianas” o “gays”, de ahí esa carga de negatividad o esos matices peyorativos que algunas de las mujeres entrevistadas intuyen veladamente, aunque es una negatividad que permanece latente en el fondo de estas palabras y que se asienta en un nivel inconsciente, de ahí que ellas misma sean incapaces de explicar en qué consisten exactamente esas connotaciones negativas o cuál es su procedencia”. ( p.41)

4.     Dentro de las relaciones afectivas institucionalizadas, el amor lesbiano será entonces un amor de segunda categoría y a veces el desfase entre lo que sentimos y lo que los demás pueden ver o pueden decir de lo que sentimos, optamos por  callar: es mejor la in-visibilidad para que no nos hagan daño, aunque el precio de no poner nombre a las cosas es dejarlo oculto tras lo masculino intrusivo y genérico.

5.     Y más allá de las relaciones afectivo-sexuales entre mujeres  está el valorar la relación entre madres e hijas, la amistad y solidaridad femeninas, y en general todas las modalidades de afecto entre mujeres que el patriarcado ha intentado anular.(p.44)….conexión entre mujeres cuyos lazos no se pueden entender solamente en términos de atracción sexual sino que comprende asimismo otros planos de amistad, afecto, reciprocidad, comprensión mutua, muy valiosos para ellas en su entorno personal pero también importantes y deseables para la sociedad en general.” (p.45).

6.     … se pone de manifiesto que las jerarquías sexuales que establecen la primacía de lo masculino sobre lo femenino han llegado a interiorizarse de tal modo que forman parte de la psique de los individuos, por lo que cualquier intento de desactivar esas jerarquías y mostrar sus incoherencias ha de tomar en consideración la dimensión psicológica de la identidad que muchas veces pasa inadvertida pero que condiciona los propios patrones de conducta y los juicios morales que se realizan con respecto a otras personas. Las valoraciones negativas de la homosexualidad femenina están también, al menos en parte, condicionadas por ese plano inconsciente; por lo tanto, visibilizar esos mecanismos psíquicos de asimilación de la norma heterosexual puede contribuir notablemente a cuestionar y superar ese paradigma dominante”. ( p. 63-64).

1.     En el capítulo  Visibilidad lesbiana en el contexto actual: el caso de la Rioja, se nos recuerda que la visibilidad ha sido el objetivo de este estudio, que, en palabras de una de las mujeres entrevistadas, es imprescindible para no negar una parte de su existencia, un elemento que caracteriza a las mujeres que amamos a otras mujeres.

“ Sí, que si no se hace más visible para todo el mundo, no, no va a ser…. No lo va a ver la gente como que es, que existe.(Hada).( p. 109).

2.     El sentimiento de culpa está en estrecha relación con la necesidad que tenemos de formar parte de la colectividad: aceptamos las normas y la represión que conllevan porque crean cohesión social, si las reconocemos y seguimos es por la voluntad de formar parte del grupo. ( p. 112).

3.     La invisibilidad procede de que como lo normal es lo heterosexual, para sobrevivir una se hace invisible y aprende a “mirar sin ser vista”. Pero estar en el armario siempre es incómodo y produce dolor. ( p.116).

4.     Por tanto, la visibilidad siempre merece la pena. Este es el mensaje, la invitación reiterada que se hace en el libro.

5.     Y así recorren la salida del armario sin salir de casa: la familia y el proceso complejo de mutua aceptación que hay que construir entre todos. Luego salir de casa: el entorno próximo en el que destacan que difícilmente vamos a  decírselo a nuestras amigas si antes no nos aceptamos como mujeres que deseamos a otras mujeres. Otro paso se pregunta si realmente se ha salido del armario: ¿lo saben en la escuela, en el entorno laboral? Y aquí nos encontramos con que no basta el proceso individual, “lo que todavía está por mejorar es la apertura mental que la mayoría de las personas muestran hacia las distintas orientaciones sexuales” ( p. 159)

Por último, en las conclusiones afirman: LA VISIBILIDAD LESBIANA, UN RETO PENDIENTE. Y como propuestas, nos dicen, las hay para resistir y las hay para educar…… todo un proyecto personal y social, ¿no?

 

cbp

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con especial Orgullo. Madrid, 2017

 

Una perspectiva afirmativa para psicólo@s que trabajen con personas LGTBIQ.

Unas directrices (Guidelines for Psychological Practice With Lesbian, Gay and Bisexual Clients)  adoptadas por la APA( American Psychological Association, en febrero  de 2011, y  que son la revisión actualizada  de las existentes para psicoterapia, de la misma Asociación,( Guideline for Psychotherapy with Lesbian, Gay, and Bisexual Clients) adoptadas en febrero de 2000.

 

Estas directrices se constituyen en un marco de referencia para los profesionales de la salud mental que trabajan con la comunidad LGTBIQ. En ellas encontramos información, herramientas, para la práctica de afirmación,  educación  e investigación con esta población.

Son  algunas recomendaciones a los psicólog@s  (aunque de interés para todos los profesionales de la salud mental) y se trata de una sugerente perspectiva que dejando bien clara su posición respecto a que la homosexualidad es algo normal:una variación de la sexualidad humana y por tanto que no hablamos de enfermedad mental, se plantea el cómo atender a personas que por su orientación sexoafectiva y/o su identidad de género ( la no coincidencia  del sexo asignado por nacimiento y  los sentimientos respecto a la identidad  de género: transexuales mujeres y transexuales hombres u otras  categorías transgénero)   o por la simple expresión del género no acorde a las normas establecidas por la cultura, se va a ver en situaciones   especiales de estrés de las minorías  en la familia, en el colegio, en el instituto, en el trabajo, en la sociedad.

 Veamos  resumidamente  los titulares  de esas 21 directrices.

  1. La actitud hacia la homosexualidad y la bisexualidad. Tenemos que esforzarnos en entender, en comprender los efectos del estigma: prejuicios, discriminación y violencia y sus distintas manifestaciones en distintos contextos en la vida de estas personas.
  2. No se trata de enfermos mentales por su orientación sexo-afectiva
  3. Que la atracción al mismo sexo, sus sentimientos, sus conductas, son variaciones normales de la sexualidad humana.
  4. Esforzarnos en entender la importancia de nuestras actitudes y conocimiento sobre estas personas a la hora de asesorar, o a la hora de plantear un tratamiento psicológico, o derivarlo a otros profesionales etc. 
  5. Esforzarnos en entender y comprender que la bisexualidad puede estar sometida a rechazos tanto por parte de los heterosexuales como de los homosexuales
  6. Es necesario distinguir cuando se trate de temas de orientación sexo-afectiva de aquellas que se refieren a la identidad de género  o los comportamientos relacionados con el género
  7. Tenemos que esforzarnos en entender la importancia y especificidades de las relaciones en estas personas. Por ejemplo cómo las relaciones pueden verse alteradas, vulnerables a conflictos, con mayor frecuencia que en otras personas, porque la situación de discriminación, prejuicios, estigmas están presionando sobre ellas.
  8. Entender y comprender lo desafíos, retos, problemas que tienen que encarar estas personas en situaciones de la vida cotidiana por encontrarse con mala información o en  situaciones prejuiciosas que les desfavorecen- barreras en definitiva- para acceder a cuestiones de educación, o acceder a los mismos beneficios legales o económicos del resto de la población, etc.
  9. Reconocer situaciones familiares específicas en las que estén incluidas personas no relacionadas legal o biológicamente.
  10. Entender o comprender el impacto que van a tener las relaciones de estas personas con sus familias de origen, que se tratará de un proceso de mutuo reconocimiento y comprensión.

Las siguientes directrices se refieren  a la necesidad de reconocer situaciones específicas, con desafíos añadidos, que plantearán conflictos de normas, valores o  creencias  y que tendrán que ser afrontados por las lesbianas, los gays y los bisexuales si además  pertenecen a minorías raciales o étnicas, o por creencias religiosas, o por edad o están afectados por VIH. (Directrices 11,12,13, 14,15.

En las directrices 17 y 18  se plantean los temas relacionados con el impacto del status socioeconómico y/o el trabajo en el bienestar psicológico  de estas personas. Especiales barreras, situaciones de desventajas en el acceder o en el desarrollo profesional  que tendrán que afrontar  lesbianas, gays y bisexuales.

Las recomendaciones de las directrices 19 y 20 se refieren a que los psicólog@s  tomen conciencia de la necesidad de formarse, de manera continuada en los temas que afectan a estas personas. Información de recursos existentes pero  también una práctica continuada de análisis, supervisión o consulta con otros profesionales como el camino para mejorar nuestra actividad profesional.

Por último y referido a la investigación de temas sobre lesbianas, gays y bisexuales, nos alertan de que los prejuicios pueden influir en la conducta del/de la investigad@r pudiendo encontrarnos con usos incorrectos o tergiversaciones de los resultados de investigaciones sobre los temas de lesbianas, gays y bisexuales.

Con especial Orgullo. Madrid, 2017

El Consejo General de la Psicología de España

muestra en el siguiente texto, publicado recientemente ,en la revista Infocoponline,  su posición respecto a las psicoterapias que pretenden curar la homosexualidad.
En 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) decidió eliminar la homosexualidad del ‘Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales’ (DSM) y urgió a rechazar toda legislación discriminatoria contra gays y lesbianas. Posteriormente, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. Ambas decisiones se basaron en una completa revisión de la producción científica existente.

A pesar de todo ello, parecen persistir tratamientos que prometen “curar” la homosexualidad con las llamadas “terapias de conversión”. Ante esto,  el Consejo General de la Psicología de España quiere transmitir su total acuerdo con la postura adoptada por la American Psychological Assotiation (APA) en 2009 en la que se declaraba del todo inadmisible que los profesionales de la salud mental indicaran, instaran o hicieran creer a sus pacientes que es posible modificar su orientación sexual y convertirse en heterosexuales mediante algún tipo de intervención terapéutica o tratamiento. Dicha declaración tiene como base 83 estudios acerca del cambio de orientación sexual que llevan a concluir que no existe ninguna evidencia científica de que una persona homosexual pueda dejar de serlo, más bien por el contrario, los fallidos esfuerzos por conseguirlo suelen derivar en problemas de ansiedad, depresión y suicidio.

Muchas personas se acercan a este tipo de terapias debido a las fuertes presiones que reciben en su entorno y al rechazo a su orientación sexual. Es mucho más probable que aquellos entornos que consideran la homosexualidad como una enfermedad mental o un pecado, ejerzan un mayor nivel de  presión sobre las personas con una orientación homosexual, pudiendo favorecer la génesis de conflictos internos, tal como la homofobia interiorizada, que coloca a quienes lo sufren en una situación de mayor vulnerabilidad frente a quienes ofrecen soluciones falsas, milagrosas y evidentemente ineficaces. Desde el Consejo General de la Psicología se recomienda intervenir en el sentido de la aceptación de la homosexualidad como forma de eliminar el conflicto interno, de manera que las personas vivan integrando su orientación de una forma asertiva.

http://www.infocop.es/view_article.asp?id=6660&cat=

 

«Las lágrimas del cambio». Trastorno del vínculo: acompañamiento terapéutico y revinculación

Autores: Tomás Casado Frankel y María Eugenia Herrero Sotillo

Editorial: Triacastela. Madrid 2013.

Este libro nos narra el acompañamiento terapéutico que se realiza con una niña-madre que había sido maltratada en su niñez y que necesitaba, sin saberlo,  buscar la denigración en la relaciones con otros, sobre todo con los hombres.

Es un valioso relato de cómo Tomás Casado Frankel, terapeuta familiar, sigue los pasos, vive los vaivenes durante algo más de dos años y medio  de  estancia de Yaolú- así se nombra a la protagonista de esta historia- en el Proyecto Sirio, comunidad terapéutica ( Hogares les llaman ellos) para el tratamiento de niños y jóvenes con problemas graves de salud mental, en la Comunidad de Madrid, dirigido por la Dra María Eugenia Herrero Sotillo, psiquiatra, psicoterapeuta, que siguió al detalle, en un espacio de supervisión, el recorrido de Yaolú.

Se trata  de una historia humana, relatada y vivida desde la implicación emocional del terapeuta en el encuentro del día a día, aunque asumida  también por los profesionales que trabajaban entonces en el Proyecto, ese que constituyó la nueva familia de Yaolú. Una historia  sencilla en apariencia, pero enlazada con una teoría clínica rigurosa, compleja. Relatada  para profesionales y  estudiantes del campo de la salud mental como una lección de sabiduría de cómo hay que crear en la intersubjetividad de los encuentros habidos entre Yaolú y su terapeuta un espacio psíquico, capaz de producir una re-vinculación, en alguien cuyo punto de partida  fue la carencia de ese vínculo afectivo precoz que todo ser humano necesita,  que no le dio lo que necesitaba para crecer, para desarrollarse en la  seguridad y confianza de sí misma, sino todo lo contario. El trabajo de acompañamiento que fue realizado va más allá de decir que necesitó paciencia, constancia, esfuerzo, ilusión y sufrimiento por parte del terapeuta y los que rodeaban a Yaolú: María Eugenia Herrero  habla de “un delicado tapiz de relaciones y evoluciones humanas”.

El objetivo  a conseguir con estos niños/jóvenes lo describe la Directora del Proyecto -en lo que considera  una de las claves   del trabajo que realizan –  es “ Subsanar la carencia/ausencia de este vínculo afectivo precoz- y  sus graves secuelas relacionales, cognitivas, afectivas y de la conducta- por las causas diversas que hayan podido generarla- negligencia, enfermedad mental parental, maltrato, abuso, dificultades laborales/sociales, y escasa presencia o disponibilidad materna de la compleja sociedad actual…..es arduo, costoso, prolongado y difícil. No imposible. Y se denomina re-vinculación”.

Termina la introducción diciendo: “Este libro es, por tanto y a la vez, un libro denso y profundo, técnico y coloquial, de frontera, en tierra de nadie y de todos-donde nosotros estamos acostumbrados a movernos- para leer despacio y aprender mucho…Un libro que puede con-mocionar”.

Puede llegar a ser, para cada uno de nosotros, un libro de referencia.

¿Qué es el cambio psiquico?

 

¿En qué sentido buscamos un cambio cuando consultamos al psicólogo? ¿Quisiera eliminar los síntomas, quisiera eliminar el sufrimiento que provocan los síntomas, es decir, los conflictos internos que provocan las experiencias de tristeza, ansiedad, obsesiones, desánimo, falta de ilusión y deseo ante la vida,  como algo que ocurre en el interior o en las relaciones interpersonales? Y, ¿lo que se demanda es convertir esas experiencias de sufrimiento en posibilidades nuevas, en recursos personales diferentes, en nuevos modos de relación con uno mismo y ante el otro que produzcan más serenidad, ilusión, goce por vivir?

Hay algo que no podemos resolvernos porque no conocemos y no comprendemos lo que nos está pasando: solo podemos  padecerlo, y entonces buscamos ideas, consejos, planes de actuación etc.

Y entonces nos preguntamos, ¿qué añade la psicoterapia psicoanalítica a lo que puede ofrecer  con acierto la autoayuda, la meditación, o a lo que puede ofrecer un  recomendable cambio de hábitos de vida  más saludables?

Para resolver de una manera diferente lo que nos hace sufrir, tenemos que tener en cuenta que nuestro psiquismo ha sido construido y sigue funcionando a partir de la relación, de los intercambios, con los objetos (los otros) externos significativos de nuestra vida. La teoría clínica del psicoanálisis, en sus diferentes enfoques actualizados, es lo que investiga. ¿Y eso qué quiere decir? Que en la psicoterapia no puede quedar fuera del proceso de curación el investigar nuestros modos  “dañinos”, que repetimos inconscientemente, ante nosotros y ante los otros de maneras de relacionarnos, de maneras de reaccionar ( desde los gestos, el tono de voz, el estilo que tenemos de pensar y de expresar nuestro pensamiento, el modo de emocionarnos etc) o de imposibilidad de reacción,  y que hemos aprendido y seguimos repitiendo «ciegamente» y que son vividos como  inadecuados. Esa comprensión, que no es sólo algo del orden del conocimiento, sino que es inconsciente emocional, se podrá desplegar en la especializada relación que implicará al paciente y al psicoterapeuta. Esa es la dificultad y esa es la posibilidad abierta al cambio.

La salud psíquica como objetivo.

¡Salud! Ese sería nuestro  deseo compartido. Brindemos por ello.

Cada vez podemos acceder a más información sobre lo que nos hace saludables, pero ante tanta “cultura” nos puede quedar la duda: ¿eso me vendrá bien a mí?, ¿es lo que yo necesito? Y es que tu salud no es como la mía, ni como la de otra persona.  Porque aunque partimos de  algunos saberes incontestables sobre lo que es saludable o lo que no, además, la pregunta sigue siendo válida: ¿Cómo me siento de bien? ¿cómo me siento de saludable? Yo con mi cuerpo, yo en mi “interior” (mis pensamientos, mis sentimientos, mis conductas), yo con los otros: yo ante mi vida. ¡ Qué complicado!

Volvamos a algo más sencillo. Todo está bien, pero….  la manera en que yo vivo las cosas…la manera en que interpreto lo que vivo…. Me siento nervios@,  respondo con agresividad, me preocupo demasiado por cosas que me doy cuenta no son tan importantes, no me detengo a disfrutar  placenteramente de muchos ratos que pasan por delante de mí, estoy triste con frecuencia….

La vida es difícil, muy difícil (para unos más  que para otros), y ya hay voces que nos alertan de que cada vez somos más “débiles” ante la adversidad. Puede ser, pero mi pregunta sigue sin ser contestada. ¿y para mí, qué es lo saludable? ¿hasta dónde debo  llevar mi sufrimiento?

¡Hola!

COMENZAMOS!!

Lo que escriba en el Blog va dirigido esas personas que necesitarían ayuda psicológica y que sin embargo dudan ante la decisión a tomar, porque es la primera vez o porque ya son muchas las veces. Y hay un poco de temor, o de vergüenza. Y tienen que poder confiar porque si no, no va a funcionar.

Y entonces yo te escribiré sobre algunas ideas, algunas indicaciones que te puedan ayudar a decidir más fácilmente.

Pero también te invito a que tú participes, sugiriéndome algún tema, planteándome alguna duda, alguna inquietud que te ayudaría para poder consultar.

En el blog incluiré – y tú podrás enviarme- frases, noticias ( en forma de video, fotos, música) y aunque parezca que no, todo tendrá alguna relación con el lema del blog:
«LA SALUD PSÍQUICA COMO OBJETIVO».

PARA CUALQUIER CONSULTA

Puedes contactar conmigo en los teléfonos siguientes: